Navarra, ha tenido una larga y compleja trayectoria histórica. Fue reino durante más de mil años, antes de convertirse en provincia en 1841 y en comunidad foral en 1982.Su conquista e incorporación a Castilla en el siglo XVI y su abolición como reino en el siglo XIX, tras la Ley Paccionada de 1841, plantearon dudas fundadas y reparos jurídicos sobre la validez y suficiencia de los títulos que los justificaron y el modo en que se llevaron a cabo. El cambio de estatus de Navarra se produjo, en ambos casos, tras un conflicto violento y conllevó una pérdida notable de facultades respecto de las que anteriormente ejercía.  Esta larga trayectoria histórica ha dado lugar a una rica personalidad que hunde sus raíces en la historia del viejo reino y se proyecta hasta nuestros días. Sorprende, sin embargo, que, en estos tiempos, aspectos importantes de la historia de Navarra y de los rasgos esenciales de su personalidad, sean desconocidos y poco valorados por muchos navarros, y sean objeto, también, de frecuentes controversias y de visiones radicalmente opuestas. Esto sorprende más, si cabe, en una comunidad milenaria, con altos niveles educativos y de bienestar, con un futuro prometedor. Todo ello me ha animado a reflexionar sobre la historia de Navarra, para conocerla e interpretarla mejor, con el fin de poder divulgarla de una manera rigurosa y sencilla. Para ello he dividido el libro en tres partes: la primera, resume la evolución del Reino de Navarra desde sus orígenes hasta nuestros días y analiza los acontecimientos más relevantes de su historia. La segunda, procura dar una respuesta sencilla a una serie de cuestiones esenciales sobre su personalidad. La tercera plantea, a la luz de esa historia, algunas reflexiones sobre la comunidad foral y su futuro, que supere dogmatismos estériles y divisiones que nos debilitan como sociedad, y de las que siempre otros sacan provecho. Frente a quienes sin una perspectiva histórica propugnan su abolición, el libro destaca que el régimen foral de Navarra no es fruto de privilegios medievales o concesiones arbitrarias del poder central, sino reflejo y depósito de la soberanía de un viejo reino, ejercida de forma ininterrumpida a través de los siglos.