La presidenta de la asociación Gerediaga, Nerea Mujika, ha comenzado su intervención agradeciendo a todas y todos los fundadores e impulsores de Durangoko Azoka, y ha hecho una mención especial a Jon Irazabal, al que fuera director de la feria durante 30 años, quien nos dejó este pasado agosto. "Jon nos ha dejado un gran legado que recordaremos en la feria de este año", ha explicado la presidenta de la asociación de Gerediaga. Después, se ha mostrado contenta por tener en la actualidad una Durangoko Azoka fuerte, pero ha aclarado que todavía existe la necesidad de trabajar en la misma senda. "Durante estos años hemos ido dibujando los sueños iniciales, y ahora observamos la pieza que hemos elaborado: colorida, variada, potente y bella. Como decíamos el año pasado, pura fantasía. Sin embargo, el euskera todavía tiene necesidad de ese esfuerzo, y desde la asociación Gerediaga tenemos intención de seguir trabajando, ya que el euskera no necesita trabas ni sentencias, sino vías amplias en las que cabremos todos", ha destacado Mujika. La feria de este año servirá de plaza para fomentar los contactos y las sinergias de nuevas ideas. Se celebrará del 5 al 8 de diciembre.

En palabras del coordinador Beñat Gaztelurrutia, cuando la comunidad cultural vasca se alegra, también lo hace la organización de Durangoko Azoka. "Y cuando tiene necesidades, nosotros también nos preocupamos", explica el coordinador. "Es por ello que intentamos organizar una buena feria, porque sabemos que suele ser como un pulmón, y no sólo un pulmón simbólico".

Hartzea ematea DA!, exclama el lema de esta edición. Gaztelurrutia ha detallado los motivos de su elección. Ha señalado que recibir la cultura es una forma de devolverla a la sociedad, y que la cultura que se recibe en euskera nos ayudará a vivir en euskera y en un euskera más fuerte. Además, atendiendo a la situación que vive la cultura vasca, ha puesto en valor la aportación de las y los receptores de la cultura. "Somos conscientes de que la creación en euskera es muy amplia, pero no tiene suficientes receptores en su pueblo. Ahí está la necesidad de este momento y Durangoko Azoka va a hacer un esfuerzo por responder a ello, porque venir a la feria, verla, recibirla... significa también impulsar la actividad cultural". Al igual que leer es escribir de otra manera, escuchar es cantar, ver es representar, escuchar es pensar, y estar en Durangoko Azoka es apostar por la cultura vasca.
 

Cartel de Udatxo y Balu

El cartel de la edición de este año es novedoso desde varios puntos de vista. Para empezar, porque nace de la colaboración entre dos autores, de la creatividad de los artistas Udatxo y Balu. Además, es el resultado de un proceso artístico singular: la creación de una obra de arte de múltiples capas, que ha sido integrada en el cartel. En la presentación han representado el montaje de este proceso y también han pintado el lema en un lienzo. Entre otros elementos, en la imagen aparecen unas manos. "La mano de obra es algo esencial e importante para los dos, porque las manos son nuestra herramienta diaria", comenta Udatxo. Ella es muralista y pintora; Balu es multidisciplinar y aborda técnicas de descontextualización y transmutación, por ejemplo.

En el collage han colocado fragmentos de imágenes referentes de la cultura vasca y de carteles de ediciones anteriores de Durangoko Azoka; recibiendo del arte del pasado, han elaborado una nueva obra de arte actual. Y es que Durangoko Azoka es también una muestra de esa transmisión.

Balu ha detallado que, a medida que iban añadiendo capas y colores, se dieron cuenta de que el cartel iba tomando una forma especial: "Casualmente, notamos que la forma del cartel era la de un corazón, y empezamos a hablar de que el corazón también tiene una interacción, transportando la sangre a todo el cuerpo".