El catálogo explora la historia y evolución de las veletas en Bizkaia, destacando curiosidades como la figura femenina que corona la iglesia de San Antón, un giraldillo que funcionaba como veleta. Se repasa el auge de las veletas durante el Barroco, periodo en el que se crearon muchas piezas notables, como la veleta del Palacio Casajara y la monumental veleta del Palacio Tola, en Elorrio. A partir de 1940, las veletas han sido menos comunes en los edificios públicos, con ejemplos notables como la que adorna el primer rascacielos de la calle Bailén en Bilbao. El trabajo de Jesús Muñiz también incluye una visión panorámica de veletas en distintos tipos de edificios, poniendo énfasis en las eclesiásticas, aunque también menciona algunas en casas consistoriales y monumentos como el Arco de Santa Ana en Durango. El catálogo finaliza con una reflexión sobre la instalación de una obra del escultor Jose Pablo Arriaga en El Pobal, y un análisis de las veletas del Euskal Museoa de Bilbao, que han inspirado la creación de Arriaga, resaltando su interpretación íntima y respetuosa de estas piezas.