El relato de estas páginas persigue ser fiel a la verdad histórica, arquitectónica y paisajística. Hablar de paisaje es hacer mención a la historia, a la huella de la actividad humana y de la naturaleza. Por ello, el eje principal de este relato es el agua, elemento que articula la concepción y diseño de este edificio en su origen.

Johan Huizinga revela en su obra «El otoño en la Edad Media» que el Medievo olía a sangre y rosas. Este libro evoca y se recrea en el aroma a rosas alejándose de la oscuridad con se ha relacionado a esta época. Tiempo de esplendor y fastuosidad que monarcas europeos y también navarros, trasladaron a sus cortes: banquetes, torneos, animales exóticos, jardines y libros. Abundantes libros, un auténtico lujo para la época del que la dinastía Evreux no prescindió. Como muestra, la biblioteca de Carlos, el Príncipe de Viana que además del título, heredó de su abuelo el amor por la cultura. Estas páginas desvelan un relato inédito sobre los jardines palatinos de Carlos III el Noble. No sólo lo evoca, sino que muestra el paisaje y los elementos arquitectónicos en que se recrearían en sus paseos Don Carlos y Doña Leonor al arrebol de su particular otoño en la Edad Media.