Mari Luz Esteban indaga en las redes relacionales en todas las colecciones de poemas, expresando poéticamente cómo influyen las relaciones mutuas, los afectos y los pensamientos en la encarnación de la carta y la nitidez. En la primera colección de poemas, Amaren heriotza me hizo más libre (Pamiela, 2013), al tiempo que exploraba las genealogías maternas, indagó en las tensiones, deseos, heridas y pasiones generadas por las redes de parentesco y afecto; en la segunda colección de poemas, Andrezaharren manifestua (Pamiela, 2019), habló de las formas de vivir, encarnar y repensar el envejecimiento, centrándose en la mirada feminista.

En esta tercera colección ha indagado en genealogías geográficas, culturales, sociales y lingüísticas para encarnar poéticamente genealogías afectivas y políticas compuestas por múltiples ramificaciones. En el primer capítulo forma los fragmentos poéticos de los recuerdos, indagando en las geografías afectivas de la infancia, desgranando los germen de la conciencia de clase y los germen de la conciencia lingüística. Las que se encarnan como vivencias, escenas o recuerdos de esa fecundación de conciencia, van saltando poco a poco hacia la teorización poética. En el apartado titulado "La teoría maqueta", se va hilvanando la reflexión poética producida por esa fecundación de conciencia, que se convierte en un paso importante para aclarar su poética o camino estético. En él se entrecruzan las conciencias de esas opresiones que se han ido desgranando en los apartados anteriores (feminista, conciencia popular, lingüística y de clase...) para crear una nueva posición poético-política, la del sujeto maqueto, atravesada por una mirada del siglo XXI. Mari Luz Esteban ha vuelto a demostrar su capacidad para crear un sujeto poético-político, incorporando a la reflexión poética varias opresiones cruzadas del siglo XX, que son un estímulo poético para repensar las del siglo XXI. (Iratxe Retolaza)